Pollo
El pollo es una de las mejores fuentes de proteína magra (baja en grasa), resultando idóneo para mantener o fortalecer la masa muscular sin excesos metabólicos.
También destaca por ser rico en vitaminas del grupo B, que ayudan a la creación de energía y contribuyen a la formación de glóbulos rojos saludables. La vitamina B3 es indispensable para el metabolismo de las grasas. Por último, la carne de pollo también aporta de forma natural magnesio, potasio, fósforo y zinc.
Salmón
El salmón es un “pescado azul” rico en proteínas de alta calidad nutricional y ácidos grasos Omega 3, considerados “esenciales” (el perro no puede sintetizarlos por sí solo, sino que los obtiene de la dieta).
Los ácidos Omega 3 están involucrados directamente en la salud de cerebro, corazón y articulaciones. Investigaciones recientes asocian el consumo de salmón a un menor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer. El salmón es rico en vitaminas B3, B6 y D, aportando minerales como hierro, potasio, magnesio, sodio y fósforo.
Cordero
El cordero nos ofrece un tremendo valor nutricional por su alto contenido en proteínas de alto valor biológico que garantizan un correcto aporte de aminoácidos, implicados en la síntesis de las proteínas musculares.
La carne de cordero es fuente de vitaminas B3, B6, B12 y B2. La vitamina B6 facilita el metabolismo de los hidratos de carbono y del glucógeno, importantísimos para la actividad aeróbica. El cordero destaca igualmente por su aporte en minerales como el zinc y hierro de elevada biodisponibilidad, además de cobre, fósforo o selenio.
Conejo
El conejo es una “carne blanca”, con un alto aporte de proteínas y muy bajo en grasa. Al tratarse de una especie cinegética hace muy palatables los piensos que lo incorporan, suponiendo un importante “efecto recompensa” para el perro.
La carne de conejo es fuente de vitaminas B3, B6 y B12. La vitamina B12 es importantísima para las células hematopoyéticas de la medula ósea (el déficit de B12 puede provocar anemia y problemas neuronales). Su aporte en minerales destaca por el fósforo, selenio y potasio.
Pavo
El pavo es el rey de las “carnes blancas”, con un alto aporte de proteínas, bajo en grasa y un alto valor biológico al aportar al perro los nueve aminoácidos esenciales.
El pavo ofrece energía de alta calidad, por lo que es un ingrediente muy apropiado en la alimentación de perros de trabajo con actividad intensa y con alta demanda calórica. Destaca especialmente por sus vitaminas del grupo B (B1, B6, B12) y C. Entre los minerales aportados por el pavo encontramos: magnesio, zinc, potasio, fósforo y selenio.
Aceite de Salmón
El aceite de salmón es el mejor aporte de Omega 3 que existe: potencia la actividad cerebral (aprendizaje, olfato, audición...). Y ácidos grasos poliinsaturados (DHA, EPA) que contribuyen a que el perro presente una óptima capacidad inmune.
DHA disminuye además el nivel de grasas en sangre y es responsable de la buena formación de los órganos visuales en los cachorros. Entre otros efectos beneficiosos del aceite de salmón encontramos su capacidad antiinflamatoria (alivia el dolor en enfermedades como la artritis), y sus características como antioxidante completamente natural.